No queda claro, o no me queda claro, si es una buena película o no, aparentemente, y como primera reacción diría que si, pero transcurridos un par de días desde su visión, veo más nubes negras que el sol.
Lo que si tiene claro que es que la factura y la técnica con la que realiza Rodrigo Cortés el filme es exquisita y pese a su corta experiencia nada tiene que envidiar a ningún realizador del cine americano, pero lo que si falla un poco y tiene ciertas lagunas es el guión, que el mismo a escrito. Al final, su resultado recuerda demasiado a películas que no quiero nombrar para no romper el encanto, ya vistas no hace demasiado tiempo, no soy muy amigo del cine que se resuelve en una escena final sorprendiéndonos ya que no suele apetecer volver a verlas, pierden todo interés posterior.
Los actores y actrices empezando con Sigourney Weaver es correcto, se apaña bien aunque tampoco sea brillante, esta bien que se cuente con actrices de su edad ya que normalmente a las mujeres al llegar a una edad madura se las jubila antes de tiempo.
Robert De Niro recupera algo de autoestima y nos ofrece una de sus mejores versiones de los últimos tiempos, aunque tampoco sea para echar cohetes, lo que pasa es que había denostado tanto su figura, que un papel digno que llevarse a la boca para él, hoy en día ya parece bastante, es triste pero es así.
Cillian Murphy es el mejor actor en la película, y es eje sobre el que se basa la trama, aunque correcto creo que en ciertas ocasiones no se cree demasiado su papel, y quiza abuse en esos casos de sobreactuación.
El resto del plantel es de relleno y tampoco cabe mucho destacar nada.
En definitiva cine entretenido pero alejado de perdurar en nuestra memoria más allá de un par de semanas, se ve con facilidad.
Nota: 6.
Momento para verla: Un domingo de estos en los que no tenemos claro en que ocupar hora y media, sabiendo que no queremos liarnos demasiado con una película profunda.
Muxus Eka.
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