Sin duda una de las sorpresas más agradables del año. Rodada en una habitación, Roman Polanski nos da un clinic sobre dirección de cine y de lo poco que hace falta para realizar una buena película, si el guión esta trabajado y existe talento en las personas que se involucran en el proyecto. De esto un dios salvaje va sobrado.
Es muy recomendable verla y nadie se la debería perder por que los cuatro actores están geniales, quizá brillen un poco más la pareja formada por Christopher Waltz y Kate Winslet, que lleva camino de ser la nueva Meryl Streep, por que no hace casi nada mal esta mujer. En cierto momento incluso nos puede llegar a parecer que estamos dentro de un teatro, y por ponerle un pero quizá sean un poco exagerados los actores en su actuación pero es por sacarle punta al lápiz.
La pareja formada por Jodie Foster y John C. Reilly si que esta un peldaño por debajo, puede ser que Jodie, este ya un poco oxidada debido a que no trabaja demasiado como actriz en los últimos años, y encontrarse de sopeton a una rival como Kate tampoco tiene que ser fácil, y John C Rielly esta más que correcto, puede que el punto más flaco, aunque también aporte una buena dosis de humor.
La película tiene unos puntos buenísimos y se hace corta hasta tal punto que no queremos que acabe cuando empezamos a intuir el final.
Polansky también nos regala una pequeña aparición suya tras una puerta, si estamos atentos le reconoceremos al instante.
En definitiva una muestra de que todavía se puede ser original en los planteamientos de un film, sin tener que estar reñido por ello con la calidad.
Nota: 7.5
Momento para verla: Cualquier hueco que encontremos de tiempo libre, por que nos entretendrá mucho y no es excesivamente larga.
Saluditos, Eka.
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